Ahora cortar los calabacines en rodajas finas y sazonar con sal y pimienta para eliminar el exceso de agua.
Espolvorear la superficie de trabajo con harina y empezar a trabajar las bolas de pizza con la mano para crear círculos grandes. Deben tener aproximadamente ½ cm de grosor. Esta parte puede ser complicada, ya que, si se trabaja demasiado, la delicada masa perderá todo el aire acumulado y se volverá rígida y elástica como antes de la fermentación. Presionar con el dedo mientras tiras suavemente de la masa desde el centro hacia los bordes y girar también el círculo a medida que avanzas. Parece complicado, pero en realidad no lo es, sólo se necesitan unas cuantas rondas de práctica para cogerle el truco, lo prometo.