Società Cooperativa Croce Grossa
Via Stradone, 58
29010 – Mercore di Besenzone (PC)
Gianfranco se levanta muy temprano, así que aquí se come pronto.
Marido, mujer y un señor hindú llevan adelante con muchos sacrificios esta quesería, que se ha mantenido sin cambios en su estructura histórica, donde sus brazos son asistidos solo parcialmente por la tecnología en su trabajo diario.
Después de las dos estancias usadas como salas de salmuera, ¡llegamos a la «cocina» dedicada a Grana Padano! Aquí hay 6 calderas y tanques de afloración, no en forma de silos como en las queserías modernas.
Desde el camión, la leche se vierten en los tanques, donde se deja descansar. Una vez que la nata aflora, es decir, sube a la superficie, se abre el grifo, ubicado en la parte inferior del tanque. Desde allí, la leche llega a la caldera, donde se producen dos ruedas gemelas. Aquí, el quesero todavía tiene una gran responsabilidad sobre la elaboración, precisamente porque no hay tecnología de soporte.
Desde la sala de elaboración se llega al almacén de maduración, donde encontramos todas sus hermosas ruedas a descansar antes de ser vendidas, obviamente después del noveno mes de maduración, los controles y el marcado.
Seguimos hablando un poco más sobre este trabajo y sobre las tradiciones que unen a las familias de este territorio con mucha pasión y amor.
Gianfranco y Silvana se conocieron el 4 de junio de 1983 y se casaron el 26 de diciembre del mismo año. Desde entonces nunca se han separado. Gianfranco nos cuenta cómo se desarrolla su jornada y cuántas tareas, además de la de quesero, lleva a cabo.
“En empresas de pequeño tamaño como la nuestra, tienes que ser capaz de hacer de todo, por tanto yo también hago las veces de fontanero, electricista, almacenero…”
Silvana recuerda las vacaciones con su hijo pequeño, Gianfranco iba a visitarlos en moto: llegaba, comía, iba a meter los pies en el agua del mar y hala, de vuelta a la quesería. ¡¡¡Aprovecha también para recordarle a su marido que durante su semana de permiso después de la boda se enfrascó en hacer chapuzas sin dedicarle tiempo a ella!!!
Gianfranco y Silvana son tan encantadores y sonrientes que entran ganas de abrazarlos y hablar con ellos durante horas, pero tenemos que seguir nuestro camino, ¡así que nos despedimos y les deseamos lo mejor!